—¿Sabes que no me importa que tus padres me den su bendición verdad? —Jungkook hablaba mientras arreglaba su ropa.

—Ajá, ni tú te la crees —en verdad era Jimin a quién no le importaba la bendición de sus propios padres.

—Está bien, si me importa, pero nunca me la darán, nos vimos pocas veces y esas veces fueron realmente incómodas —al terminar de arreglar su cabello se paró en frente de Jimin—. Ya eres mi prometido y de todos modos me casaré contigo, tu padre no me va a impedir hacerte mi omega.

—Si estás tan seguro, ¿por qué me retienes de entrar al auto? —estuvieron en la sala por ya 15 minutos.

—Es que... tenemos que llevar un presente, hace tiempo que no vamos a casa de tus padres —se puso nervioso—. Vamos a comprar uno primero —lo tomó de la mano y lo llevó al auto.

Jimin tan solo reía mientras Jungkook acomodaba el cinturón de seguridad y encendía el auto.
 
Compraron una pequeña planta, lo primero que se le ocurrió a Jeon.

—Tocaré el timbre —el alfa avisó, no para Jimin, sino para sí mismo.

—Dale, tú puedes —se burló un poco, la ropa de Jungkook era algo elegante, tal vez para impresionar a su padre.

El mayor presionó el timbre dos veces tomando la mano del omega, pasaron unos cuantos segundos hasta que la madre de Jimin abrió la puerta.

El omega se veía más tranquilo, más relajado y mantenía una buena relación con Jimin.

—¡Hijo! ¡Jungkook! —abrazó a ambos—. No avisaron que vendrían, hubiéramos preparado algo.

—No hace falta, mamá, tenemos una noticia que darles —hace 4 semanas que Jungkook le había propuesto matrimonio.

—Claro, pasen —de alguna manera ese omega se veía más feliz—. Cariño, Jimin y Jungkook vinieron a visitarnos —avisó a su esposo.

—¿La qué cosa de quién? —al parecer no escuchó bien los nombres.
 
No hizo falta volver a repetir esas palabras, entró a la sala y vio a su dulce hijo ahí, directamente fue a abrazarlo.

—¡Mi niño! —lo levantó levemente, pero abrió los ojos y Jungkook estaba con él—. Ah... y estás con tu novio —no es que el alfa no le agrade, es un buen chico, tiene un buen empleo, es amable y siempre pone a Jimin antes que a todo.

Lo que al padre de Jimin no le gustaba es que sea el novio de su hijito, que quiera alejarlo de él, que quiera profanarlo y marcarlo.

—Papi, tenemos algo muy importante que decirles —Jimin seguía con su sonrisa, pero se separó de su padre y se paró al lado de Jungkook tomando su mano.

—Pidamos algo para cenar primero, ya son las 7 de la noche —hubiera sido más temprano si Jungkook no se hubiera demorado tanto.

—Está bien, mamá.

La cena llegó de unos 20 minutos, fina comida preparada por experimentados chefs, pero cualquier comida que Jimin consuma, nada es mejor que la comida que Jungkook le prepara y lo mismo para el alfa, su omega estaba cocinando últimamente y de alguna manera, aunque la receta era la misma, tenía un toque de "no sé qué" que le daba un sazón especialmente delicioso.

—Bien, ¿qué querían decirnos? —el omega mayor habló mientras comía.

—Ah... esto... —Jungkook se sentía muy nervioso, tragó grueso mientras por debajo de la mesa tomaba la mano de Jimin.

—Nos vamos a casar —Park habló con una sonrisa—. Kook me pidió matrimonio hace poco tiempo.

Los rostros de sus padres no tenían precio, su padre se había congelado y su madre estaba en un pequeño shock.

—Cariño, ¿podrías repetírmelo otra vez? —su padre habló a su hijo dejando los palillos en la mesa.

—Nos casaremos, papá, nos casaremos en 3 semanas —ya habían fijado una fecha.

—Jungkook, tengo que hablar contigo... a solas —el padre de Jimin habló al alfa de su hijo haciéndole una seña para que se levante.

—S-Sí, señor —se paró y lo siguió.
 
—Hijo... ¡Felicidades! Elegir el salón y las decoraciones es realmen...

—Mamá, decidimos hacer una boda pequeña, solo gente cercana, no queremos una fiesta donde vaya media ciudad, anunciaremos la boda días después de que haya pasado, no queremos periodistas por todos lados.

—Bien, pero yo elegiré el color del mantel —estaba ofendido, pero lo aceptaría.

En otra habitación estaba Jungkook y el padre de Jimin teniendo una, ¿charla? No, más bien Jeon estaba sentado en el sofá mientras el alfa mayor hablaba.

—Él es lo que más amo en este mundo, ¿bien? Y sé que te ama, lo demostró hace casi dos años, pero dime Jungkook, ¿estás seguro de esto? ¿Estás seguro que amas a mi hijo? Porque no quiero verlo llorando uno de estos años porque lo dejaste o lo engañaste, necesito que estés seguro o voy a partirte la cabeza.

—Señor... primero, no me golpee, amo a su hijo y segundo... amo a su hijo, es el omega más lindo, amable, paciente, cariñoso y adorable que pude haber conocido y prefiero morir antes que dejarlo o serle infiel, si eso algún día llega a pasar, usted tiene todo mi permiso para golpearme.

—Jungkook... diré esto una sola vez y es probable que me arrepienta así que no me hagas repetirlo... espero que sean muy felices juntos... Tienes mi bendición —le costó tanto decir esas palabras, pero no lo dijo por Jeon, lo dijo por Jimin.

—¡Gracias, señor! —se paró haciendo una reverencia, esperaba ser echado a patadas de esa casa, pero no ser recibido con una bendición.

Ahora solo faltaba esa boda.

✧✦✧

—Sí, estoy listo —Jimin tomó el brazo de su padre y empezó a caminar hacia el altar, se casaron en la playa, no habían más de 25 invitados incluyendo al padre que los casaría, sus padres y amigos.

La música marcial comenzó y como Jin dijo, él sería "el niño de las flores" junto con Hoseok.

Ambos repartían pétalos de rosas en el suelo lentamente, Hoseok casi se cae, pero como el omega talentoso que es, lo disimuló y nadie se dio cuenta.
 
Al fin llegaron al altar donde su padre dejó a Jimin, este estaba realmente hermoso, su cabello rubio meneándose levemente, sus ojos levemente maquillados con, sus mejillas algo rosadas, sus labios color carmín con una sonrisa dibujada mientras vestía un traje blanco y sostenía un ramillete de rosas y flores blancas.

—Te ves... wow —Jungkook, quien lo había estado esperando en el altar, habló en voz baja.

¿Cómo alguien como yo consiguió alguien como tú?

—Tú te ves más wow —el alfa llevaba un traje negro y el cabello bien peinado, leve maquillaje y zapatos bien lustrados, su muñeca era adornada por un reloj de 3M de dólares que le regaló su suegro.

El padre que los casaría comenzó a hablar mientras ellos se miraban, entonces empezaron los votos matrimoniales.

—Yo, Jeon Jungkook, prometo amarte, respetarte, cuidarte y estar a tu lado en todo momento, en las buenas y en las malas —le colocó el anillo—. Prometo que cuando sientas que ya no tienes ganas de seguir, seré fuerte por ambos y a cada lado que tú vayas, yo te seguiré, nunca nada malo te va a suceder.

Ahora era el turno de Jimin.

—Yo, Park Jimin, prometo amarte, quererte, respetarte, cuidarte y mimarte en todo momento —le colocó el anillo de igual manera—. Prometo ser tu lugar seguro para toda la vida.

—Puedes besar al novio —el padre habló con una sonrisa.

Entonces se miraron a los ojos, en lo que ya no había más miedo o tristeza y antes de besarse, Jungkook habló.

—Aún no comprendo porqué me elegiste a mi si puedes tener algo mejor —sostuvo su cintura.

—Yo no quiero algo mejor, yo te quiero a tí, ¿por qué? Porque te amo —tomó su nuca y entonces unió sus labios.

Los aplausos comenzaron y una que otra lágrima de Namjoon.

—Alfa llorón —Jin abrazaba a su esposo.

—Me casé contigo, soy tu alfa llorón.
 
Y en medio del beso que Jungkook y Jimin se daban, ahí se unían sus almas, ahí se unían promesas, el accidente no fue haber querido robarle ese día, en realidad, nunca hubo accidentes.

Eres lo que me mantiene vivo, tú eres lo que más quiero en esta vida.